Solo tenía que aprovechar mi tiempo, trabajando para mí, viviendo de acuerdo a mi edad y trasmitir mi experiencia de vida.
En este tiempo de espera (… esto también pasará, de eso estoy segura!!!) he logrado profundizar en mis deseos , reconocer mis logros, diseñado proyectos que me alegran la vida, manejado la tecnología.
Disfruto virtualmente de obras de teatro, he leído de todoooo.
Antes de la cuarentena iba todos los días al gimnasio a hacer mis clases de Gimnasia Acuática. Durante el aislamiento comencé a realizar actividad física por Zoom junto a mi marido.
El primer día fue todo un desafío. Cuando el profesor preguntó: ¿Qué solía hacer? Respondo (con mucha vergüenza):”Lo único que podemos hacer a mi edad es Gimnasia acuática.”
Era difícil poder pensar hacer otra actividad, me veía fuera de lugar. Igual tuve constancia. Hoy hago abdominales en el piso, aprendí a usar las mancuernas. Esto me ha dado un “gran impulso”, para la vuelta al Gimnasio presencial para poder utilizar todos!!! los aparatos.
Comprendí que el límite sólo me lo había puesto en mi mente.
Recordando el Poema de Mario Benedetti: “Cuando la tormenta pase, te pido, Dios apenado, que nos devuelvas mejores, como nos habías soñado”
Descubrí que mi pasión por el estudio estaba intacta, es más, estaba potenciada por “tener tiempo libre”.
Empecé a…
Continuará….